miércoles, 26 de abril de 2017

Economía: la frontera final

Estamos al borde de la frontera, ya podemos ver sus lindes y lo que nos depara después de cruzarla es todo un misterio. El desarrollo industrial, el capitalismo desbocado, la globalización...nos empujan hacía esta frontera sin ningún tipo de preocupación; una vez más, cualquier problema que suceda lo pagaremos la gente, mientras que el sistema sabrá adaptarse para sobrevivir. Pero ¿cuanto puede sobrevivir un sistema económico sin su gente, sin sus propios y supuestos beneficiarios?.

Dicen que estamos en el Segundo Capitalismo y algunos en el Tercero ya. Lo cierto es que tenemos el ejemplo de lo que sucedió en la Revolución Industrial, un momento en el que se concentraron grandes avances para la industrial provocando un aumento espectacular del rendimiento. Pero esto tiene una doble cara: si la mecanización se limita a sustituir a emplead@s para ahorrar costes o si la mecanización se destina a aumentar la producción. En ambos casos la "máquina" viene a sustituir las labores de l@s trabajad@s pero en el segundo caso su impacto es algo más limitado.

En países donde la economía es arduamente conservadora como en españa, no hay un verdadero interés por aumentar las ventas, pero sí por aumentar los márgenes de beneficios a costa de despedir emplead@s, por lo que podemos esperar que la mecanización en el caso de españa sea devastador.

Pero no toda la responsabilidad es de las empresas. Está en nuestras manos el tomar alternativas a esta situación. La fórmula de aumentar la producción en el contexto de la globalización es muy complicada, ya que obliga a las empresas a una constante guerra, mientras que la crisis económica limita las ventas. La conclusión es que seguramente está vía sea difícil de llevar a cabo y las empresas se conformen con aumentar sus beneficios. Hay estudios que predicen que en 10 o 15 años muchos puestos serán mecanizados o no se precisará gente.

¿Que soluciones tenemos? ¿El ludismo? ¿Quedarnos de brazos cruzados?. Ni una cosa ni otra. Es nuestra responsabilidad tomar consciencia de lo que sucede y actuar. No podemos esperar que el sistema se preocupe por nosotr@s porque no lo hará ya que solo responde ante una oligarquía de personas que lo han diseñado. Tampoco vamos a dedicarnos a quemar fábricas para que nos llamen radicales. La solución es "pensar globalmente y actuar localmente", o el Panarquismo.

Abrir los ojos y ver que las reglas del juego están hechas para que unos pocos puedan hacer trampas, es algo que ya sabemos y hemos visto muchas veces. Como cientos de corruptos ni pagan impuestos ni van a la cárcel, mientras que tú, querid@ trabajador terminas pagando por sus aberraciones. 

Si la libertad es algo a lo que tenemos derecho por ser seres humanos y ninguna persona es dueña del planeta Tierra, tenemos el derecho de poder elegir a que país pertenecer. Deberíamos tenerlo, mejor dicho. Algunos piensan que Timeria puede ser una broma, pero no lo és. Es una respuesta lógica y proactiva a lo que está pasando en el mundo, una forma de organizarse, proteger lo que nos importa, utilizar unos valores basados en el honor y dar soluciones a la gente. 

Cuando te pregunten ¿resignación o barbarie?, contesta: Timeria.

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